“Only the good die young” canta Billy Joel sin saber que el miércoles esta canción describió perfectamente el sentimiento de muchos de nosotros los fanáticos del cine y la tv cuando nos enteramos del fallecimiento de James Gandolfini, mejor conocido como el gran Tony Soprano.
Gandolfini tuvo su “gran oportunidad” en una película que se llama True Romance en 1993 en el papel de un sicario, sin embargo el papel que lo lanzó a la fama y lo hizo conocido por todos fue el de Tony Soprano, el personaje principal de la exitosa serie de HBO que duró diez años.
Gandolfini, en mi cerebro por lo menos, es uno de los grandes responsables de la revolución de la televisión, más allá, es uno de los responsables de que HBO sea hoy en día el monstruo televisivo que es. Game Of Thrones, The Newsroom y muchas de las otras series que estamos acostumbrados a ver, se hicieron camino gracias al éxito de “The Sopranos”.
Una de las cosas que funcionaba tan bien sobre Tony Soprano es que era un personaje oscuro con un lado simpático. Hemos visto esa mezcla de características en varios programas de televisión en los años que han seguido a los Sopranos, pero ninguno llega al mismo nivel. Entre los antihéroes de la televisión, Tony Soprano se ubica bastante alto en la lista. Gran parte del crédito es para la capacidad de Gandolfini para llevar la humanidad y simpatía a un personaje que hacía tantas cosas malas. James Podía pasar de ser encantador y atractivo a la mayor forma de intimidación y miedo con increíble facilidad.
Gandolfini para mí era un actor con una profundidad impresionante y un fiel creyente de la actuación de método, no solo usaba sus emociones y situaciones pasadas a la hora de afrontar un rol, sino que a veces generaba las situaciones el mismo antes de las escenas para darle más realismo a las escenas. No era raro verlo pasando noches en vela para darle credibilidad a un personaje que llevaba horas sin dormir.
Fueron precisamente estas características las que a pesar de la maldición que pareciera acompañar a los actores de televisión que tienen tanto éxito en la TV de no tener prominentes carreras una vez terminada dicha serie, James siempre estuvo trabajando. Además parecía tener un ojo impecable a la hora de escoger guiones. No estoy diciendo que todas sus películas son excelentes, como en todo hay excepciones, pero pareciera ser que en el caso de Gandolfini, me atrevo a decir que fueron solamente dos, Burt Wonderstone (su última película) y The Mexican.
Gandolfini tuvo 5 películas con John Travolta, quien fuera su inspiración para haber sido actor, por la amistad de sus padres y cuando James veía las fotos de John en la oficina de su papá, se motivó a ser actor; O por lo menos esto es lo que contaba ayer John Travolta en The Today Show, quien a pesar de estar promocionando su nueva película Killing Season, decidió dedicarle gran parte de la entrevista a hablar de Gandolfini y su inesperada muerte.
James Gandolfini fue nominado 6 veces al Emmy por su interpretación de Tony Soprano, ganó 3 de esas 6 veces, también ganó un Globo de Oro por ese papel. Por eso insisto en que el gran éxito de HBO se construyó sobre el éxito de Los Sopranos y el éxito de Los Sopranos se debió mucho a la actuación de este gran individuo.
Nadie tiene nada malo que decir de James, y es que al parecer era una persona de una personalidad amable y dulce a pesar de lo que se veía en sus películas. Como bien lo pueden ver en el video de arriba de Inside The Actor’s Studio.
James murió en Italia a la edad de 51 años de lo que se sospecha fue una infarto. Lo sobreviven su esposa y sus dos hijas, la menor solo de 8 meses.
Badda Bing James, Honestamente Fucking-A
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